En Náhuatl, lengua mexicana que surge entre el siglo IV y el siglo V, la palabra “Guatemala” significa “lugar de muchos árboles”. Situado en Centroamérica, el país comparte frontera con México, Belice, Honduras y El Salvador. Guatemala es un lugar único, caracterizado por sus zonas pintorescas y sus paraísos naturales. Dentro de su territorio, posee 349 áreas protegidas, 20 de ellas son parques nacionales y 4 son monumentos culturales. Pero, ¿qué sitios poco conocidos de Guatemala no te puedes perder?
Sierra de los Cuchumatanes
Ubicada en la zona oeste de Guatemala, la sierra de los Cuchumatanes se eleva más allá de los 3800 metros sobre el nivel del mar. En sus 400 kilómetros de extensión, cruza los departamentos de Quiché y Huehuetenango y se consagra como la sierra no volcánica de mayor extensión en Centroamérica.
Aproximadamente a los 1800 metros sobre el nivel del mar predominan los enormes bosques de robles. En las zonas cercanas a los 3300 metros sobre el nivel del mar, predominan gramíneas y asteráceas, plantas extrañas y muy resistentes a los cambios bruscos de temperatura. A partir de los 3500 metros sobre el nivel del mar, en ocasiones las precipitaciones pueden darse en forma de nieve, especialmente en invierno -de mayo a octubre-.
Se pueden hacer distintas excursiones por la zona, mayormente a partir de itinerarios de empresas que ofrecen este servicio. Muchas veces, los paseos duran dos o tres días.
Uno de los lugares imperdibles en las sierras es el mirador Juan Diéguez Olaverri, que se encuentra a 3300 metros sobre el nivel del mar. El mirador fue llamado de esa manera por el poeta guatemalteco, autor del poema “A los Cuchumatanes”. Por la cantidad de metros de altura, generalmente el clima es nublado, pero en días despejados se pueden ver algunos volcanes imponentes en el horizonte.
Varios historiadores consideran a la región de la sierra de los Cuchumatanes como el lugar de nacimiento de la lengua maya, aproximadamente en el año 2600 antes de Cristo. Los especialistas afirman que distintos grupos protomayanos llegaron a la sierra y se establecieron, dando vida a distintas costumbres y lo que más tarde serían distintas lenguas, como por ejemplo la maya o algunas otras utilizadas por los totonacos.
Riscos de Momostenango
Los riscos de Momostenango forman parte de una superficie de 2,4 kilómetros cuadrados que contienen bosques y distintas formaciones de arenisca que, por sus formas curiosas y bellas, recibieron el estatus de Parque Nacional en 1955.
Se tiene la teoría que las formaciones de arenisca se crearon en consecuencia de las erosiones en la tierra a lo largo del tiempo y, además, a consecuencia de la extinció de raíces de árboles que fueron desapareciendo. Sus formas son únicas en el mundo.
El acceso es libre y se puede llegar tomando la carretera CA-1, pasando por San Cristóbal El Alto y San Francisco El Alto, en el camino a Momostenango.
Laguna Lemoa
La laguna Lemoa es uno de los lugares turísticos menos conocidos de Guatemala. A pesar de esto, es uno de los más hermosos: antes, era referida como “El espejo azul del cielo”.
El lugar es ideal para relajarse, pasar tiempo con familia y amigos. Cuenta con senderos para caminar entre la naturaleza, pequeños muelles, orillas amplias y accesibles, restaurantes pintorescos y lugares para alquilar canoas para recorrer la laguna.
Entre los guatemaltecos, es un área altamente recomendada. Además, la laguna tiene un gran valor cultural, al ser considerada como una de las más antiguas de la región.
Se encuentra ubicada en la Aldea San Sebastián, en la carretera que conduce de Chichicastenango a Santa Cruz del Quiché. Tiene fácil acceso desde la ruta.
Cascada Los Amates
Ubicada en el departamento de Santa Rosa, la cascada -una de las más altas e impresionantes de Guatemala-, está rodeada de vegetación. A lo largo de 20 metros de un acantilado de piedra impresionante, el agua se filtra y cae más de 50 metros hasta un río.
Tras un camino de tierra de 14 kilómetros, se accede a este lugar paradisíaco que no es alcanzado por las señales de teléfono. Se puede practicar rapel -deporte que consiste en bajar paredes verticales con sogas y arneses- a un costado de la cascada, nadar en el pozo de agua, pasar el día -y acampar en la noche-, y admirar la naturaleza circundante.