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Los mejores lugares para deleitarse del queso en Zaragoza

Los quesos de Aragón se encuentran en la élite mundial cosechando premios y calificaciones extraordinarias que los sitúan entre los mejores productos agroalimentarios. Doy fe de ello los numerosos establecimientos de la capital aragonesa que apuestan por acercarlos al consumidor junto a otros productos típicos de la Comunidad y diversos quesos artesanales venidos de distintas partes del mundo.
Si sos fanático  de la gastronomía, te proponemos 6 locales para disfrutar de los mejores quesos artesanales en Zaragoza:
 

1) 111 Quesos

Idoia Aguirre lleva más de 30 años en el mundo del queso y una pequeña muestra de su pasión es esta tienda Gourmet que abrió hace ya dos años en el centro comercial Los Porches del Audiorama para acercar al público el particular disfrute de este alimento. “El amor al queso es una ilusión y una forma de vida”, define ella. En sus estantes se dan cita más de 150 variedades de quesos procedentes de todo el mundo, si bien una “necesidad” de este establecimiento son los quesos de Aragón. Así pues, diferentes quesos de Francia, Italia, Lituania e Inglaterra conviven con los quesos artesanales de la Comunidad en este pequeño local que se presta también a la degustación. De hecho, cuenta con un espacio reservado a la cata, en el que se puede disfrutar de este alimento con vino o cerveza a partir de dos euros.
Entre sus especialidades, destaca el Bleu de Bresse, un queso francés que llega a Zaragoza de la mano de Philippe Olivier, todo un maestro quesero a quien se considera una “eminencia” en el arte de la elaboración artesanal. Completan la oferta culinaria de este establecimiento la preparación de tablas de queso artesanales -muy demandadas para regalos de empresa- y una línea de catering en la que se combinan cuñas de quesos presentadas sobre pizarra natural. “Al estar cerca del Servet suelen venderse muy bien para regalar a los padres de los recién nacidos”, detalla Idioia. Otra original propuesta para disfrutar de este alimento tan popular.

2) La Rinconada del Queso

Concha Espolio e Isabel Labarta abrieron esta pequeña tienda especializada en quesos artesanales hace cinco años, también fruto “de nuestra pasión por el queso”, confiesan. Ellas se encargan del producto y a través de otro colaborador y apasionado de este alimento, Amador Sánchez, organizan diferentes catas temáticas a lo largo del año.  “Miramos siempre que sean queserías pequeñitas y artesanas, que tengan su propia ganadería. No tenemos ningún producto industrial”, relatan.
De esta forma, intentan traer novedades cada semana, sin descuidar sus especialidades. Una de ellas es el brie trufado, un queso artesano relleno por la mitad de mascarpone y trufa de Teruel que estas dos socias aragonesas se encargan de enviar a tiempo para su elaboración. “Pensamos que la mejor manera de promocionar lo nuestro es vendiendo productos de Aragón y dándolos a conocer”, sentencian. Además, cuentan también con otros alimentos para maridar con ellos, tales como mermeladas, patés y mieles de la zona. Todo producto artesano de las tres provincias aragonesas que convive en sus mostradores con otros quesos venidos de diferentes regiones.
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Según adelantan, el próximo día 13 se inaugura la temporada de catas con una degustación de quesos británicos en el restaurante Isella de la plaza de España.
 

3) Bar Estudios

Una carta fija de 40 quesos es la carta de presentación de este establecimiento familiar que abrió en la calle Estudios en el año 76 y que cuenta a día de hoy con un comedor con 16 mesas. En la actualidad, lo dirige Carlos Díez, sin abandonar, eso sí, la trayectoria que marcó su padre. “Cuando se abrió hace 40 años se empezó con el queso y al ver que funcionaba bien hemos querido seguir por ese camino”, relata este hostelero. Además de las tablas de queso y embutidos -que suelen acompañarse con pan de hogaza-, en él se trabajan también otras especialidades como la suela de piquillo con atún, la suela de bacalao -cubierta con parmesano y tocino ibérico- y la suela de Carlos -con una base de paté de pato con tomate natural y cabeza de jabalí-. También encuentra su sitio en este bar la cecina de caballo.

  • En materia de quesos, este establecimiento trabaja con las variedades nacionales e internacionales más importantes, que complementan la oferta de quesos de Aragón.
  • El Río Vero, de Quesos Radiquero, los Tambores -de Samper de Calanda, el Lingote de Oro de Santa Eulalia, los quesos Sardón y el Tronchón de Teruel llenan de reminiscencias a la región la barra de este tradicional paraíso del queso que varía todos los meses su carta con la incorporación de nuevas variedades.
  • Al otro lado de la barra, Carlos se encarga de aconsejar a las diferentes familias que pasan día a día por este establecimiento. “A veces -señala- vienen con gente de fuera y los traen a conocernos. Para nosotros es motivo de orgullo porque ya en su día venían los abuelos y ahora se acercan hasta los nietos”.

 

4) Casa Dominó

Entrar en Casa Dominó es oler a queso. Araceli y Salvador llevan más de 20 años al frente de esta taberna que recuerda al Madrid antiguo. Desde sus inicios, trabajan con quesos artesanales y en la actualidad disponen de 30 variedades distintas. “Son quesos caseros de alta calidad que generalmente no se suelen encontrar en tienda”, describe Salva. De Aragón, trabajan con un cariño especial cinco tipos de queso distintos: el Pata Mulo, el Abejambras Samper, el Benabarre cabra, el Tronchón, y el Oveja de Aragón. Además, se pueden degustar también quesos de importación de Cáceres y varios fraceses como el Comté y el Gabás.
Por su parte, Araceli y Salva se encargan de elaborar una crema de cabrales a la sidra, que en forma de montadito (tostadas que son bastantes grandes) conquista el paladar de sus clientes. Lo mismo sucede con los quesos gratinados que se sirven con una confitura de tomate natural o las tablas de queso para compartir entre cuatro. “Empezamos con los curados y ahora los combinamos con montaditos de jamón batido, la longaniza ali oli o la sobrasada con vino blanco”, detallan. Creaciones hechas por estos hosteleros desde hace 25 años en una taberna que invita a la tertulia, al buen vino, al queso y al jamón. Una tasca de ambiente cercano, con buenos productos que desde su origen se ha hecho con una reputación en la ciudad. “Nos llaman los clásicos de Zaragoza porque desde que empezamos siempre se ha antendido igual y se ha vendido igual”, comenta orgulloso Salvador.

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5) Mantequerías Sanz

La dedicación al producto artesanal es otra máxima en Mantequerías Sanz, un negocio familiar de la capital aragonesa en el que los quesos son también todo “un clásico”. Así lo indica José Carlos Sanz, uno de los priopietarios de este negocio que dirige junto a su hermano Fernando. En él se dan cita todo tipo de quesos artesanos -no pasteurizados-, elaborados con leche cruda -de cabra, de oveja o de vaca- procedentes en su mayoría de Aragón, del Pirineo francés y otras regiones limítrofes como Navarra o Cataluña. Entre ellos, “los quesos de Albarracín y los Quesos Radiquero son los más demandados”, aseguran. Así pues, entre su oferta gastronómica destacan un queso de oveja del Pirineo francés con pimienta de espelette, el queso de cabra de Radiquero con trufa, con arándanos o ahumado y el ya famoso Río Vero, elegido mejor queso español del año. Todos ellos se encuentran en cuñas, enteros o al detalle, dispuestos en diferentes presentaciones.
Mieles, mermeladas, pimientos confitados, membrillos y patés de Aínsa pueblan también los estantes de este comercio para conquistar el paladar de los clientes que busquen maridar estas joyas gastronómicas de la tierra. “Llevamos más de 50 años y seguimos buscando siempre el producto artesano y de la zona”, concluyen los hermanos propietarios.
 

6)El Portón de los Estudios

Un clásico de la calle Estudios de Zaragoza es el bar El Portón, atendido por César Pérez. En este bar se pueden degustar más de 70 variedades de queso, y al menos 40 de ellos se encuentran expuestos en los seis metros de barra de los que dispone este local. Desde sus inicios -cuenta César- el queso ha sido el gran protagonista en las mesas, junto con los patés y los embutidos.
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En materia de quesos, El Portón ofrece distintas variedades procedentes de todo el mundo: ingleses con arándanos o con mango; holandeses como el Gouda con salsa pesto, el parmesano y el gongonzola italianos, y el Piave. La apuesta por el producto local también es notoria en su carta, pues trabajan con más de cinco tipos de quesos distintos de Aragón. No obstante, buscan la especialización a través de una línea de quesos calientes con tostadas de Ternasco de Aragón o la clásica de longaniza de Graus con queso fundido como base. El ambiente juvenil caracteriza también a este establecimiento que se presta al turismo gastronómico y al tapeo.

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