Si queres tener una experiencia inolvidable en Uruguay, a unas dos horas al este de Montevideo, sigue siendo en gran medida la América del Sur de los días pasados, los días en que los gauchos vagaban a caballo, mucho antes de que la expansión del turismo comenzara a ascender desde la ciudad.
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Su artífice Mallmann es famoso por favorecer lugares remotos e inesperados para sus restaurantes. Por lo tanto , una vez que José Ignacio se volvió demasiado desarrollado para su gusto, comenzó a buscar en otra parte.
Un poco de historia del pueblo
El pueblo de Garzòn era una parada ferroviaria con un mayor progreso alrededor del cambio de siglo 20, hasta que el gobierno establacio cambiar la carretera más cerca del océano y finalmente desmanteló la parada de ferrocarril allí. a principios de 1900 , mientras la población era de unos pocos miles prósperos, Garzón a partir de mediados de siglo tenía solo unos doscientos residentes.
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La ciudad se debilito: sus edificios de pueblo abandonados recolectaban polvo y plantas rodadoras, y perros callejeros vagaban por sus calles. Entonces estaba listo para entrar en acción, adherir un restaurante Francis Mallmann.
“En la ciudad habia demasiada gente, demasiado glamorosa. Se estaba llenando de casas, como hongos, en todos los estilos posibles. No muy agradable “, dijo.
Fue en 2003 que decidió buscar no más arriba de la Ruta 10, sino, más bien, ir hacia el interior. A solo 20 kilómetros tierra adentro de José Ignacio se encontraba un pueblo casi desierto batido por el viento: Garzón.
El resto abre sus puertas en el 2003 , seduciendo a su importante público global a este lugar remoto e impulsando una nueva era de renacimiento medido.
Después de abrir su restaurante allí, varios personajes conocidos de todo el mundo decidieron comprar también una propiedad allí y poco a poco restaurar a Garzón a su gloria rústica.
“Todavía hay pequeña ciudad, muy humilde y hermosa. Caminos de tierra, pero hermosos caminos de tierra. Estás sentado en casa mirando hacia la calle y de repente pasan un par ovejas conducidas por dos caballos. Todos los locales andan en sus bicicletas. Las calles están llenas de pollo y faisanes. Una manera muy sana de vivir “.
Cerca de la Ruta Nacional 10 de Uruguay empieza en la capital, Montevideo, luego visita los suburbios y las colinas antes de dirigirse a la costa, donde conecta Punta del Estate con unas doce ciudades pequeñas costeras a lo largo del camino
